Se hizo de noche, salió la luna, los papás del árbol se marcharon. El pobre abeto se quedó muy triste y empezó a llorar. Los animalitos del bosque que le oyeron, vinieron a ayudarle.
- No llores y cómete esta nuez, le dijo la ardilla.
- Tranquilízate, que somos tus amigos, añadió la mariquita.
- Yo estaré todas las mañanas contigo, le dijo el caracol.
- Yo cuidaré de los peligros, porque yo soy el lobo bueno...
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